La radiación electromagnética está formada por energía eléctrica y energía magnética en cantidades casi iguales, y la radiación electromagnética se propaga por el universo como ondas interactivas de campos eléctricos y magnéticos.
Mientras más grande sea el salto de un electrón al cambiar de órbita, más energía estará contenida en la radiación electromagnética resultante, y mucho más corta será su longitud de onda.
Si se captura y se compara de cualquier punto del espectro electromagnético, la únicas diferencias observables se darán en la longitud de onda, la frecuencia y la energía. Estas diferencias varían los efectos que tienen las Ondas. Los rayos X, por ejemplo, de corta longitud de onda y alta energía, pueden penetrar nuestros cuerpos. Mientras que la luz visible, de larga longitud de onda y baja energía, no puede hacerlo.
Cada longitud de onda de una radiación puede transportar cierta cantidad de energía, llamada quantum. La radiación electromagnética se describe entonces en término de “paquetes” de energía o partículas. Las partículas de radiación se conocen como fotones; mientras más corta sea la longitud de onda, mayor será la energía de un fotón.
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